BLOG LÍDER EN HUMANIDADES MEDICAS Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA.- FUNDACION LETAMENDI- FORNS Comité Editorial: Francesc Borrell. Juan Carlos Hernández Clemente. Director del blog: F. Borrell Carrió; Secretario de Redacción: Juan Medrano Albeniz.

BOLETÍN IATROS ISSN 2014-1556

Este Boletín tiene por objetivo difundir y compartir comentarios de libros y artículos en Humanidades Médicas y Filosofía de la Medicina y difundir las actividades de la Fundación Letamendi Forns y Fundación Iatrós.

BOLETIN IATROS ABRIL 2013


CIRCULO DE CIBERLECTURA

INDICE.-
Noticias.-  Seminarios de la Fundación Iatrós
Comentario de libros.-  Martha C. Nussbaum. Crear capacidades. Propuesta para el desarrollo humano. O´Connor T., Sandis C (Editors). A Companion to the Philosophy of Action. Wiley-Blackwell
Webs de interés.-  Salud y dinero, blog de J. Simó
Artículo comentado.- Persona corriente y filosofía moral:
reglas, virtudes y bienes Alasdair MacIntyre       
Video comentado.- La enfermedad broncémica, de Francisco Occhiuzzi
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Noticias.- 

Seminarios de la Fundación Iatrós.-
Prof.E. Baca
Lugar:   Sala de Juntas del Decanato de la Facultad de Medicina
de la  UAM (Arzobispo Morcillo, 4, 28029 Madrid).  Hora:  16:30
Temas:
Abril: 23 .-  " El médico como ‘lector’ del relato del paciente: Conocimientos, ideología y contratransferencia”.  Ponente: Enrique Baca.
Mayo: 28.-  Influencia de la narratividad en la toma de decisiones médicas. Ponente: Juan Carlos Hernández-Clemente

José Lázaro
Madrid

Comentario de libros.-

Martha C. Nussbaum. Crear capacidades. Propuesta para el desarrollo humano.
Paidós. 2012.

M.Nussbaum
La autora nos propone lo que denomina un nuevo paradigma teórico en el campo del desarrollo y las políticas públicas. Este paradigma es conocido como enfoque del “desarrollo humano” o enfoque de la “capacidad” o las “capacidades” y parte de una pregunta muy simple: ¿qué son realmente capaces de hacer y de ser las personas? ¿Y qué oportunidades tienen verdaderamente a su disposición para hacer o ser lo que puedan?
El libro intenta situar el enfoque dentro del contexto narrativo de las vidas humanas definiendo el rendimiento y el éxito de las personas en función de las oportunidades que se abren para cada una de ellas. Este enfoque necesariamente, aunque teórico, toma como referencia los relatos de las vidas de las personas reales y el significado humano que para éstas tienen los cambios en las políticas generales.
Según la autora este enfoque “concibe a cada persona como un fin en sí misma y no se pregunta solamente por el bienestar total o medio, sino también por las oportunidades disponibles para cada ser humano. Está centrado en la elección o en la libertad, pues defiende que el bien crucial que las sociedades deberían promover para sus pueblos es un conjunto de oportunidades (o libertades sustanciales) que las personas pueden luego llevar, o no llevar, a la práctica: ellas eligen. Es, por lo tanto, un enfoque comprometido con el respeto a las facultades de autodefinición de las personas. Es decididamente pluralista en cuanto a valores […] y se ocupa de la injusticia y la desigualdad sociales arraigadas”. Pero curiosamente para definir la capacidad o capacidades la autora recurre a una definición dada por Amartya Sen y nos dice:
¿Qué son las capacidades? Son las respuestas a la pregunta: “¿Qué es capaz de hacer o de ser esta persona?”. Por decirlo de otro modo, son lo que Sen llama “libertades sustanciales”, un conjunto de oportunidades (habitualmente interrelacionadas) para elegir y actuar. Según una de las definiciones del concepto típicas de Sen, “la capacidad” de una persona hace referencia a las combinaciones alternativas de funcionamiento que le resulta factible alcanzar. La capacidad viene a ser por lo tanto una especie de libertad: la libertad sustantiva de alcanzar combinaciones alternativas de funcionamiento”.
La capacidad en el enfoque que desarrolla el libro no es simplemente una habilidad que reside en el interior de una persona, sino que incluye también las libertades o las oportunidades creadas por la combinación entre esas facultades personales y el entorno político, social y económico. Como acertadamente señala la autora “el enfoque de las capacidades no es una teoría sobre lo que la naturaleza humana es o no es, ni interpreta normas a partir de la naturaleza humana innata. Es, más bien, evaluativo y ético desde el principio: se pregunta qué cosas, de entre las muchas para las que los seres humanos pueden desarrollar una capacidad de desempeño, son aquellas que una sociedad con un mínimo aceptable de justicia se esforzara por nutrir y apoyar”. A lo largo del libro la autora va definiendo las distintas capacidades humanas: básicas, internas, combinadas, centrales, pero es a estas últimas a las que considera como un mínimo irrenunciable para que una vida humana sea digna, nos dice que de estas capacidades centrales toda persona debe superar un nivel umbral mínimo por debajo del cual estaríamos ante manifiesta injusticia. La capacidades centrales son: Vida; salud física; integridad física; sentidos, imaginación y pensamiento; emociones; razón práctica; afiliación; otras especies; juego y control sobre el propio entorno (político y material).
Una vez que la autora ha desarrollado su enfoque sobre el desarrollo humano basado en las capacidades lo contrasta con otros enfoques que se han ocupado del bienestar de las personas y de su calidad de vida: enfoque del PIB, enfoque utilitarista, el basado en los recursos, el basado en los derechos humanos y los va contrastando con su propia teoría. También nos aporta un ejercicio interesante de reflexión tratando de encontrar las influencias, que tanto la filosofía oriental (fundamentalmente hindú) como la occidental desde Aristóteles, están presentes en el desarrollo de su propia teoría.
Finalmente, aplica su teoría de las capacidades a alguno de los problemas existentes en este momento a nivel mundial. Problemas como el de la educación, la asistencia sanitaria, el envejecimiento o las discapacidades son sólo algunos de los problemas a los que trata de aplicar su teoría de las capacidades para el desarrollo humano.

Juan Carlos Hernández-Clemente.
Madrid.

O´Connor T., Sandis C (Editors). A Companion to the Philosophy of Action. Wiley-Blackwell. Oxford 2013. 638 pág. Indice temático. 41 E.

¿Cuáles son los fundamentos de la acción humana? ¿Por qué actuamos? ¿Lo hacemos libremente o porque somos seres autónomos? ¿En qué consiste darnos razones para actuar y cómo tomamos decisiones mediante la deliberación? Todas estas cuestiones (tan relevantes para la Bioética) y aún otras son la sustancia de este importante libro liderado desde la Universidad de Oxford pero con contribuciones básicamente de EE.UU.

A*Presentación de la obra (pase el lector con prisas al siguiente párrafo).-
El libro se divide en tres secciones, cada sección con unos 25 capítulos de unas 8-10 páginas con su particular bibliografía. Las secciones son:
-Acts and Actions: esta sección estudia los fundamentos filosóficos de la acción humana, pero desde las contribuciones de las ciencias naturales y psicosociales. Si algo distingue la filosofía americana es que no le hace remilgos al saber científico, al contrario, es un “repensar filosófico” de las contribuciones científicas. Desde esta perspectiva se analiza el movimiento corporal, los actos de habla, los hábitos, las acciones llamadas “Cambridge”  (un tipo “no real” de acto). Esta sección acaba con un importante capítulo de Millgram, “Pluralism about Action”. Este capítulo plantea el estatuto metafísico de la acción humana como concepto. ¿Es la acción humana algo que pueda tomarse como “una cosa”, un concepto a estudiar? ¿O nos estamos refiriendo a un conjunto de acontecimientos que englobamos de manera ingenua como tal concepto de “acción humana”, mezclando hechos de naturaleza tan dispar que no resistan un análisis “a fondo”? Los constitutivistas defienden la versión de un solo concepto para la acción humana, mientras los pluralistas defenderían que estamos en presencia de un fenómeno que tomamos erróneamente por un solo concepto, cuando en realidad abarca dimensiones completamente diferentes y que precisan un estatuto metafísico igualmente diferente.
-Agency and Causation: en esta sección se aborda la diferencia entre querer (volición) y voluntad, (podemos actuar con libertad de movimientos sin ser propiamente libres), qué es la intención humana, la diferencia entre deseo e intención, y la relación de ambas con el placer. Otra línea de análisis es  la diferencia entre una acción humana presidida por una finalidad (teleological explanation) y una acción humana presidida por razones y/o  causas. El ser humano es entendido como “agente”, eso es, lugar donde se efectúa un tipo de deliberación (o una serie de cálculos) que conducen a actuar. ¿Cómo razonamos, cómo decidimos, en base a qué acontecimientos, conocimientos o influencias? Aparecen conceptos tan importantes como fuerza de la motivación, akrasia (= realizar una acción a sabiendas de que va en contra de nuestro propio interés, por ejemplo fumar), cálculo de probabilidades, marcadores somáticos, etc.
-Action in Special Contexts:  entiéndase por “contexto especial” lugares metafísicos como racionalidad, motivación interna, determinismo o libertad… Estos conceptos se analizan con todo tipo de instrumentos: desde las aportaciones de la psicología social, la etologia, la psicología cognitiva, la filosofía del Derecho y de manera especial las neurociencias, (se explica de manera detallada el llamado “epifenomenalismo modular”, una suerte de ingenuidad científica que ya detectó entre nosotros González-Quirós, (ver en este mismo blog el artículo especial colocado en la columna derecha).
-Prominent figures.- en esta última sección se analiza el pensamiento de 23 filósofos fundamentales en la materia que nos ocupa, solo para mencionar a los mas recientes: Reix T, Hume, Kant, Nietzsche, Hegel, Weber, Wittgenstein, Ryle, Sartre, Chisholm, von Wright, Davidson, Anscombe y Ricoeur.

B*Visión popular (Folk) del acto humano versus otras perspectivas.-
Presentada la obra analizaremos algunos de los capítulos que nos han parecido mas interesantes, y que también servirán de fiel de balanza para que nuestros lectores decidan si el libro debe figurar en las estanterías de su biblioteca pública o privada.

Varios son los argumentos que atraviesan el libro de manera transversal. Uno de estos argumentos dice, “¿qué hay de cierto en la visión que cualquier persona tiene de sus actos?”. Esta concepción ingenua y espontánea se la llama en filosofía “Folk Psychology”, es decir, teoría psicológica popular que trata de explicar sobre qué bases realizamos una acción. Esta teoría popular de la acción humana es la que las personas sin una especial formación científica ni filosófica creen que explican sus actos cotidianos. La figura 1 sintetiza dicha teoría. Actuamos porque nos impulsa un deseo, este deseo a su vez se asienta en una o varias creencias, y todo eso nos lleva a actuar movidos un una intención. Voy al kiosco a comprar el periódico. Deseo informarme de la actualidad económica del país, y creo que ya habrán distribuido el periódico que me interesa. Creo también que las monedas que llevo en el bolsillo bastarán para comprarlo, etc. ¿Qué puede aportar sobre este esquema tan diáfano la filosofía de la acción?

Cada uno de los conceptos de la figura 1 se trata detalladamente, como también el modelo general que nos propone. En cuanto a modelos alternativos destacaremos dos que se discuten en profundidad:

a)Modelo causalista. En la figura 2 vemos dicho el modelo. Este modelo lo que nos quiere indicar es que no todas las acciones humanas tienen por causa una intención. Muchos actos los impulsan causas muy variadas, por ejemplo de tipo biológico, (las palabras soeces de un Gilles de la Tourette serían un caso extremo), social o incluso mecánico, (un acto reflejo).
b)Epifenomenalismo modular, (figura 3). Antes de que mi consciencia delibere sobre la mejor acción a emprender, mi cerebro computacional ha realizado los cálculos necesarios y ya ha decidido. La consciencia raramente decide, según este modelo, sino que toma nota de la decisión “computacional” y la defiende (o asume) como propia. Los actos voluntarios son actos tomados por la parte no consciente de nuestra mente, pero que luego asume la parte consciente para cargarla de razones y justificaciones. Este modelo desde luego es contraintuitivo, y se basa en experimentos de neuroimagen en los parecería como si la decisión (y por tanto la acción) antecediera a la deliberación cognitiva. Hay que tomarse estas evidencias con mucha cautela, desde luego, pero no cabe duda de que muchas decisiones las guía la intuición, que viene a ser un camino trazado en nuestra memoria para orientar nuestros actos en el  futuro.

C*Intención, causa del acto, “doble poder” y causas inconscientes.-
Veamos ahora algunos de los conceptos considerados en la Figura 1.

Se entiende por acto humano aquella conducta dirigida a un fin. Para hablar de acto se precisa un deseo (=motivación) + una creencia (al menos creer que mi acto sirve para algo). Estamos dentro del paradigma del modelo “Folk”, (figura 1). ¿Qué ocurre sin embargo cuando la persona X desconecta el respirador de su anciano tío, (del cual es el heredero), para que no sufra una previsible y larga agonía? ¿Lo hace por piedad o por interés? En otro ejemplo Davidson nos sitúa en una cordada en la que un alpinista, consciente de que un paso en falso le hará perder el equilibrio y pondrá a todo el grupo en peligro, justamente por su estado de ansiedad realiza una maniobra intempestiva y resbala. Para complicarlo un poco mas imaginemos que este alpinista quiere acabar con la vida de su compañero de cordada, pero no se atreve. Sin embargo está tan nervioso que acaba por resbalar y permite que su compañero caiga por un precipicio. Su única acción es cortar la cuerda para salvar su propia vida, algo que desde luego no es tan reprobable como empujar a su amigo hacia el precipicio.

La discusión de este tipo de ejemplos lleva a diferenciar intención de causa del acto humano. Tal vez había pasado por la imaginación de X matar a su amigo, pero en el momento que resbala, (por efecto de su nerviosismo), puede que intente honestamente salvarle la vida. En este caso la causa del accidente plausiblemente fue el nerviosismo de pensar en un hipotético asesinato, algo que estaba únicamente en su imaginación. Pero no podemos decir que este acto de imaginación fuera una verdadera intención. El análisis de este acto llevaría por consiguiente a afirmar que lo desencadena una causa, no una intención. Sería un acto bajo el paradigma de la figura 2.

María Álvarez
El lector puede pensar en este punto que la mayor parte de actos humanos los desencadena una intención. Yo compro una entrada para ir al teatro y esta es mi finalidad… Puedo realizar toda una serie de actos complejos destinados a este fin, por ejemplo conectarme a internet para comprar las  entradas, llamar a unos amigos…. Parece un acto netamente explicado por el figura 1. Pero, ¿tuve en cuenta a la hora de comprar las entradas que coincidía con un partido de Liga? No, eso quizás no lo tuve en cuenta. ¿Tuve en cuenta que era posible demorar la compra de estas entradas hasta saber a ciencia cierta que mi amiga G podía acompañarme? No, tampoco, el miedo a perder la oportunidad de comprar las localidades del Palco Preferente me hizo asumir un riesgo… Para que una acción sea plenamente libre se necesita una clara consciencia de las diversas posibilidades que se abren para su realización. Y la mas elemental de estas posibilidades consiste en “hacer” o “no hacer”, actuar u omitir. Es el “2 way power” o “doble poder” del acto. El lector interesado puede escuchar en abierto un magnífico post sobre este asunto en: María Álvarez (una de las autoras del libro que comentamos), “Agency and two way powers”:



Cuando mencionábamos mas arriba el caso del alpinista, algunos autores apelarían al concepto psicoanalítico de “acto fallido”. Desde esta óptica el alpinista resbalaría movido por una pulsión inconsciente. Sin embargo, ¿qué debemos entender por inconsciente? ¿La irritabilidad de un diabético que sufre hipoglicemia y agrede a un vendedor ambulante, entra en esta categoría? Edward Harcourt disecciona lo que puede entenderse por “causas inconscientes” de un acto humano y distingue:
a)El acto motivado por un desencadenante corporal que no percibimos, (por ej.- la hipoglicemia).
b)Un estado emocional, por ejemplo estar deprimido, del que tampoco tengo apercibimiento. Los médicos sabemos bien las dificultades de que un paciente depresivo reconozca o admita que lo está. No es nada extraño que a los pocos meses de tomar medicación el paciente declare: “ahora me doy cuenta de lo muy deprimido que estaba”.
c)Un deseo o estado emocional no percibido, (la madre que le tiene miedo a uno de sus hijos),  el cual a su vez puede ser:
-reconocible, es decir, una vez alguien me lo indica se me hace la luz y digo: “en efecto, actué movido por este deseo o emoción”.
-no reconocible, es decir, a pesar de que alguien me lo indica, (“¿no será que le tienes miedo?”) yo no lo valido como cierto.
d)Un deseo o estado emocional reprimido, (por ejemplo el sacerdote que se enamora de una feligresa), el cual a su vez también puede ser reconocible o no reconocible.

¿Acto fallido?
A partir de este esquema el razonamiento de E. Harcourt es muy interesante: los actos irracionales que tratamos de explicar mediante “razones inconscientes” pueden deberse a otras causas completamente diferentes a la interpretación psicoanalítica. El “acto fallido” de ausentarse de una cita bien pudiera deberse a una hipoglicemia, o a un cansancio de origen ciclotímico… O aquel chiste inoportuno en la fiesta de aniversario de mi suegro quizás fue una declaración de enemistad hacia él, es decir, una emoción de hostilidad reprimida que encuentra una grieta para manifestarse… Pero caben explicaciones alternativas: quizás simplemente digo lo primero que se me pasa por la cabeza, (¿no es eso un “maleducado”?), o no era consciente de cómo podía interpretarse el chiste… o he explicado mal el chiste, que en origen no era ofensivo…. Para Harcourt el psicoanálisis trata de hacer racional cualquier acto humano de apariencia irracional, pero hay que admitirlo: muchas veces somos irracionales, muchas veces actuamos en contra de nuestros intereses, y lo que es mas incomprensible, a veces lo hacemos a sabiendas de que nos estamos perjudicando  como personas (= acto akrásico, de akrasia –falta de control sobre uno mismo- no confundir con “acrático”, de Acracia).

Francesc Borrell
Barcelona.

Webs de interés.- 

Salud y dinero.-

Blog que dinamiza J. Simó tiene unos 30 documentos con análisis originales  y casi siempre enjundiosos de la realidad sanitaria de nuestro país. El Dr. Simó es médico de familia formado en economía de la salud, y su interés se centra en el análisis del uso del medicamento y farmacoeconomía, las diferencias de gasto entre CCAA, y economía de la salud en Atención Primaria. Su portal contiene también documentos de interés relativos a equidad, cobertura sanitaria y utilización de servicios.  He aquí como presenta la última entrada de su portal, que analiza los “otros” usuarios del Sistema Nacional de Salud, los que tienen un trato preferente: 

El principal problema de equidad que presenta nuestro sistema sanitario es su dualización. Parafraseando a Dumas en el lema de los mosqueteros, España no tiene “un sistema sanitario público para todos y todos para un mismo sistema”. Se trata de un doble sistema (a two tier system) consecuencia de la multiplicidad de “regímenes” o “subsistemas” de aseguramiento, formas de provisión y acceso a las prestaciones sanitarias financiadas públicamente.
Saludos
J. Simó

La Redacción.-

Artículo comentado.- 



PERSONA CORRIENTE Y FILOSOFÍA MORAL: REGLAS, VIRTUDES Y BIENES

Alasdair MacIntyre.  Texto de la conferencia pronunciada por el autor el 24 de enero de 1991 en la Universidad de Dallas con motivo de la celebración de la festividad de Santo Tomás de Aquino

El lector puede descargar el original del repositorio de la Universidad de Barcelona:


¿Qué relación hay entre los juicios del filósofo moral sobre la vida
práctica y las cuestiones, juicios y acciones morales que cada día realiza una persona corriente?

Alain MacIntyre
Sobre esta pregunta MacIntyre afirma que “una persona corriente al concebir la vida como un progreso desigual, o a veces como un retroceso, en el logro de su bien, se transforma de modo significativo en un filósofo moral”. Esta primera afirmación resulta crucial porque MacIntyre concibe el progreso personal en términos narrativos y de progreso, suposiciones que muchos filósofos y especialistas en ética aceptarían, (ver a este respecto la entrada de nuestro blog relativa a Strawson y su alegato en contra de la narratividad).

La vida concebida como un progreso a la plenitud es paradigma aristotélico, y como tal influye poderosamente en muchas concepciones de la vida humana, como en Kant, Sartre o el mismo Nietzsche. MacIntyre asume el paradigma aristotélico e interpreta bajo el prisma de una búsqueda de lo que es “mi bien supremo” la vida particular de cada cual.
El joven descubre que la vida está ordenada por reglas, y que estas reglas están ligadas a bienes que se obtienen cuando las respetamos. Sin embargo hay motivos para conseguir mayores bienes sin respetar estas reglas, y ahí empiezan los problemas.  ¿Debo aprovecharme de una información privilegiada y ganar un dinero aunque sea a costa de la infelicidad de otras personas? No, no estamos hablando de los desahucios, sino de dilemas mas triviales pero mas constantes en la vida de cada cual. Si este joven escoge el beneficio inmediato, o el hacer lo que le place, y no el camino de la excelencia, o si no aprende a distinguir lo que es bueno de lo que es “bueno para mi y lo es ahora”, estará apostando por una biografia en la que reglas, bienes y virtudes – estas últimas necesarias para lograr estos bienes-,  estarán desligadas.

 Afirma nuestro autor: “Cuando a veces la persona corriente retrospectivamente se pregunta qué significa la totalidad de su vida, a menudo con la intención de elegir entre futuros alternativos, lo que de hecho se está preguntando es: ¿con qué concepción de mi bien he estado comprometido hasta ahora?, y ¿tengo motivos para cuestionarla? La unidad de la vida como un todo sobre la que cada ser humano investiga es la unidad de una narración dramática, de una historia cuyo resultado puede ser un éxito o un fracaso para cada protagonista. De: no ser así, carecería de aplicación la noción de un bien en general, cuya persecución a lo largo de la vida provee a ésta de cánones de éxito y fracaso. Así, cuando alguien escribe una narración, ya sea la de la propia vida o la de otro, se puede juzgar si es adecuada por la eficacia en responder a las siguientes cuestiones: ¿qué bien escogería la persona cuya vida ha sido narrada? ¿concibe erróneamente su bien? ¿con qué obstáculos y frustraciones se enfrentó? ¿poseía las aptitudes y carácter necesarios para superarlos?

Todo lo que venimos comentando resulta importantísimo para la ética narrativa. Por un lado se deduce de este posicionamiento que las virtudes son básicas para mantener el barco a flote. No sin razón el libro mas conocido de MacIntyre es “en pos de la virtud”. Sin templanza, valentía, renuncia… no hay manera de tener una mínima coherencia vital. MacIntyre cree que se produce un aprendizaje cotidiano de las virtudes. Por un lado “violar las reglas de la relación con los otros comporta verse privado de su cooperación en el logro de un bien”. Si aprendemos las consecuencias de transgredir poco a poco se instaura en nosotros los hábitos virtuosos, y a partir de aquí “poder llegar a ser capaces de extrapolar, sin sometimiento a reglas, a otras situaciones en las cuales coraje, justicia o veracidad, siempre junto  con la prudencia, requieren de nosotros como mínimo cambios parciales”.

En este punto, sin embargo, MacIntyre no se llama a engaño y se pregunta el por qué tanta gente fracasa en su vida moral.  Este fracaso tiene 4 momentos, un ciclo que conduce a fragmentar  bienes, reglas y virtudes, “que  se conciben como aislados unos de otros”, impidiendo un esquema moral de la persona sólido y  consistente. He aquí estos momentos:

1er momento: la persona se pregunta, ¿cual es mi bien?
2º momento: la persona aprende  a renunciar a bienes de menor estatuto al que ha señalado como su bien supremo. Se le requiere un ascetismo y templanza que  puede ver imposible, y decidir que es major estratègia renunciar a un bien supremo.
3er momento: perdido el norte de un bien supremo “ la autoridad de la regla se desvincula de toda relación con los bienes, de modo que la obediencia a dichas reglas es valorada por sí misma”; pero también puede suceder que “la autoridad de las reglas se reconoce si y sólo si su obediencia es casualmente efectiva en el logro de los bienes finitos”.
El cuarto y último episodio “se inicia al descubrir el protagonista que las principales cuestiones sobre las que se erige el conflicto no son racionalmente resolubles. Nuestro protagonista sólo puede responder a este descubrimiento de un modo: representando el papel de persona  prefilosófica”. Es decir, según nuestro autor, la persona que ha perdido el norte de su mayor bien, de sus valores “sagrados”, para decirlo de otra manera, pierde también el sentido de las normas o reglas, y pierde el sentido de las virtudes necesarias para sacrificarnos por los valores por los que apuesta. Y en este  momento de fragmentación interior en lugar de reconocer sus inconsistencias, (pensemos por ejemplo en un político corrupto), prefiere aniñarse, pensar que no tiene entendimiento para dilucidar su mejor bien, para defender los valores en los que creía, o simplemente relativizarlos o devaluarlos.

¿Cuál es la receta de MacIntyre para evitar el fracaso moral?
“El joven tiene que aprender a razonar prácticamente, razonamiento que en el curso de la educación moral se muestra en la acción concreta, antes de poder ser adecuadamente expresado en palabras. Esta es una clase  de hábito en la que o simultáneamente adquirimos tanto las virtudes como cierta capacidad para razonar prácticamente, o no adquirimos nada”
Pero por encima de todo, “para asegurar la integridad de mi razonamiento práctico, mi bien último tendrá que ser concebido de tal manera que ninguno mayor pueda perseguirse”. Es decir, la persona tiene que apostar y comprometerse con unos valores de vida.

F. Borrell
Barcelona

Vídeo recomendado.-

LA ENFERMEDAD BRONCÉMICA , por  Francisco Occhiuzzi

La enfermedad broncémica afecta de manera singular a médicos que después de una fase de “importantitis” pasan a otra de “inmortalitis”. Su pose se impregna de bronce, el bronce que deberá hacerlos inmortales, y tras desayunar con Dios se dignan a pasar visita a los pobres mortales. La conferencia también es una magnífica pieza oratoria, en la que los “tempos” y los contenidos se anudan de manera magistral.

La Redacción.





BOLETIN MARZO 2013


CIRCULO DE CIBERLECTURA
INDICE.-
Noticias.-  Fundación Iatros: grupo narrativa;
Comentario de libros.-  Sloterdijk, Ira y Tiempo.
Webs de interés.-  Experimentos extraoridnarios
Vídeo comentado.- Errores clínicos.
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Noticias.- 


FUNDACION IATRÓS.-

La situación en este momento de los proyectos de nuestra Fundación Iatrós de Teoría de la Medicina y Red Iberoamericana de Humanidades Médicas es la siguiente:
1. El Seminario de Teoría de la Medicina (presencial y con videoconferencia), dedicado este año a la Medicina Narrativa, celebrará sus dos próximas sesiones en las siguientes fechas: 19 de febrero: Enrique Baca: "Historia y relato en el signo y en el síntoma". 12 de marzo: José Lázaro: "Fisiopatología de la violencia: análisis narrativo". Se solicitan autopropuestas de ponentes y temas para las próximas sesiones. Más información en el documento anexo.
2. La convocatoria del Tercer Congreso Internacional de Humanidades Médicas que hemos organizado en Sao Paulo (15-16 de marzo) ha tenido una excelente respuesta. Adjunto su programa a fecha de hoy, ya con horarios.
3. El grupo de trabajo español sobre medicina narrativa ha logrado presentar nueve ponencias al próximo congreso de Londres (A Narrative Future for Health Care. Launch of the International Network for Narrative Medicine, June 19-21, 2013).
4. Se acaba de publicar el Boletín número 4 de Editorial Triacastela, especializada en Humanidades Médicas.
5. La Asociación de Bioética Fundamental y Clínica celebrará el XI Congreso Nacional de Bioética sobre el tema "El arte de elegir en los tiempos sombríos" en León, del 3 al 5 de octubre: www.bioetica2013.com
6. Está ya en maquetación el número 2 de la Revista Internacional de Humanidades Médicas, que os enviaré como pdf en cuanto me llegue. Se solicitan artículos y reseñas de libros para los siguientes números.
7. Para dar mayor consistencia y difusión a estas y otras actividades estamos trabajando intensamente en el diseño de una página web y en la búsqueda de nuevas vías para la difusión de nuestras actividades entre todos los interesados de España, Portugal y América. En ambas (y en otras) iniciativas se admiten (y solicitan) colaboraciones.
8. Adjunto información sobre las próximas actividades de la International Network for Philosophy and Psychiatry, la Fifth Philosophy of Medicine Roundtable, el International Advanced Seminar in the Philosophy of Medicine "Unity and autonomy in the philosophy of medical science".
Se agradecerá cualquier difusión que podáis dar a estas informaciones a través de vuestras redes de contactos.
Como siempre, si alguien no quiere seguir recibiendo estas informaciones no-periódicas, sólo tiene que notificárnoslo.
José Lázaro
Madrid.

CURSO  BIOÉTICA EN PEDIATRÍA
Coordinan: Marta Sánchez Jacob   Miguel Lillo Lillo
Dirigido a: Pediatras de Atención Primaria y Especializada, MIR de Pediatría, ATS y EIR de Pediatría. 
Fecha: viernes 19 de abril de 2013, de 9:00  a 20:00 h.
Lugar: Salón de actos del Hospital General Universitario de Albacete
Inscripciones a partir del 4 de marzo. Enlace http://www.aeped.es/eventos/2013/bioetica-en-pediatria
Solicitada acreditación a la Comisión de Formación Continuada de las profesiones sanitarias de Castilla-La Mancha

Comentario de libros.-


Sloterdijk P. Ira y tiempo. Siruela. Madrid 2010. 288 pág.

Es este un libro político y de filosofía, y el lector sacará conclusiones diferentes si se conforma con una sola de estas perspectivas. Desde la perspectiva política Sloterdijk se interroga sobre lo que mueve a las masas revolucionarias, sobre el  éxito y fracaso del comunismo, sobre el metabolismo de la ira y las maneras colectivas de gestionarla. Desde la filosófica indaga sobre la naturaleza humana,  sobre lo que mueve a la persona al sacrificio, al esfuerzo, y como podemos quedar anulados como individuos en un entorno de miedo y rabia.  La ambición intelectual de la obra es por consiguiente muy alta, nada menos que desvelar algunos resortes poderosos del alma humana, y por ello nos interesa en este blog de Humanidades.
La introducción del libro enmarca el ámbito sobre el que Sloterdijk reflexionará:  la Grecia clásica, sobre la que se erige la primera piedra de nuestra civilización. En ella nace el rapsoda que cantará las excelencias del héroe. El héroe clásico realiza grandes obras mediante el uso de la cólera, el mundo queda constituido por “las batallas que se disputan en él” (pág 17). Los sentimientos de afirmación individual, a los que llamará en lo sucesivo “mundo thimótico”, (de Thymós, fuerza vital origen de las emociones) o “fuerza thimótica”, (en realidad compuesta por varias fuerzas, la fuerza de la ambición, de la auto-estima, de la ira, de la rabia…),  se articulan en el mundo clásico sobre una competencia  cuya máxima expresión es la guerra.  La cultura griega procede a  una primera domesticación de la ira como forma de masculinidad, un encauzamiento mediante el cual el héroe cultiva la ira “justa”, y deviene  protector del pueblo ante las ofensas o desconsideraciones (pag. 23). Se produce una segunda vuelta de tuerca cuando el autor afirma que la fuerza thimótica debe entenderse mas potente que la erótica. Para Sloterdijk es un error garrafal del psicoanálisis  interpretar al narcisista como esclavo de una fuerza libidinal, cuando en realidad lo es de su orgullo. Las diferencias entre Eros y Thymós, afirma,  son abismales, y si Freud ignoró la fuerza del orgullo fue por afán de “hacer pacientes”, erotizar la condición humana para debilitarla y hacerla dependiente del psicoterapeuta. El erotismo subraya lo que nos falta, Thymós por el contrario afirma lo que somos (pag 26). Por eso al final prevalece Thymós, porque  “a cada uno se le exige aparecer en la escena(…) y hacer valer sus fuerzas”, pag 27.
Existe para Sloterdijk una basculación entre Thymós y Eros.  Esta basculación queda mejor explicada al final del libro, (de imprescindible lectura el capítulo 4). Agotada la persona en el Thymós, en la venganza, en la ira, se repliega en el Eros, en el tener, en el consolarse.   La sociedad comunista bascula a la sociedad de consumo  con una ingenuidad que le lleva a entender el capital como un bien que se reproduce solo. Triunfan en los años 90 las estafas piramidales, (Sloterdijk  ofrece datos realmente inusitados de este fenómeno en los países del Este) porque se apuesta por un capitalismo especulativo frente a un capitalismo creador de valor.  No podemos alargarnos aquí sobre la visión que sustenta Sloterdijk en relación al capitalismo, pero digamos en breve que para él se trata de un sistema de huida hacia adelante en que lo fundamental es la gestión de la deuda: el Banco Central debe ralentizar la quiebra mediante una alquimia que consiste  en rejuvenecer el dinero (pág 237). Un sistema que no permite ver “fuera” del sistema, a pesar de que es notorio que se acaban las fuentes energéticas sobre las que se sustenta. Pero el sistema capitalista es el mas estable de los que ha inventado la especie humana.
El discurso de Sloterdijk adopta en varias partes del libro una forma claramente nietzscheana: el cristianismo, afirma el autor,   se propone desde los inicios debilitar esta fuerza thimótica del héroe negando la voluntad. Para ello explota el pecado y la culpa y crea un sujeto de escasa apetencia volitiva que por no querer ya no sabe el valor de las cosas. “Donde existe carencia de poder, la “ética de la carencia de valor” toma la palabra”, (pág 30). Dicho de otra manera: dejamos de querer cuando nos sentimos (o nos hacen sentir) débiles. Puro Nietzsche.
En el polo opuesto surgen los partidos políticos como grupos exigentes cargados de fuerza thimótica. Las personas dentro de estos colectivos, afirma Sloterdijk,  usarán la retórica como medio para establecer jerarquías y ordenar esta enorme fuerza hacia una práctica política. Son grupos muy tensionados que precisan de reglas estrictas para interactuar entre ellos, pues han construido un entorno en que fácilmente estimulan su ambición y auto-afirmación. Son grupos también  erotizados, porque se precisa el reconocimiento mutuo para bajar la tensión imperante.
El líder será aquella persona no solo provista de retórica, sino también de capacidad de guiarse a sí misma. Y “solo quien es capaz de reprenderse es capaz de guiarse” (pag 35).   La autonomía del sujeto se funda en un contraste entre su fuerza thimótica y cierto sentido de lo bueno o adecuado que no le permite cualquier manifestación de auto-afirmación, que le reprende y guía.  Ello conduce a domesticar la ira, que ya no será “jefe” sino “soldado” al servicio de la razón (del líder). Sin embargo no hay que olvidar que “el movimiento thimótico se relaciona con el deseo de ver confirmada la conciencia del propio valer en los otros” (36), lógica inexorable que Sloterdijk bautiza como “doctrina del thymós”. Según esta doctrina podemos observar muchos actos de domesticación y postergación de la ambición o de la ira, pero al final los sujetos lo que de veras van a querer es verse reconocidos por los demás.
Sloterdijk
La domesticación de la ira tiene dos grandes vertientes: la política y, secundariamente, la religiosa. Una vez el ser humano aprende durante el Neolítico a almacenar grano y bienes, traslada el almacenaje de la agricultura a otro tipo de campo, al campo de las emociones y los símbolos. Nace la idea de “tesoro” y después la idea de capital. Si el tesoro es perenne y estático, el capital es caduco y necesariamente dinámico. “Capitalizar” la economía, el arte o las relaciones entre grupos humanos ha sido un paso posterior al “almacenaje” de bienes materiales, estéticos o simbólicos.
El empeño de Sloterdijk será analizar como almacenamos y capitalizamos la ira en la acción política y religiosa.  El mundo está repleto de injusticias, pero las revoluciones solo logran triunfar cuando entra en escena los que Sloterdijk llama “sacerdotes seculares del odio”. Para ello se crean bancos donde almacenar la ira en forma de odio, relatos comprensibles capaces de reproducir o provocar la ira en otros momentos y lugares. Estos bancos crean una red de sucursales con sacerdotes (militantes) instruidos en la circulación de pagarés y créditos. A cambio de depositar la ira en una de estas sucursales la persona recibe una cierta cantidad de autoestima y un pagaré de venganza a futuro. La venganza es un “proyecto a futuro” que es capaz de llenar de sentido la vida de cualquier persona. Vivir para hacer realidad una venganza hace buena cualquier biografía, (y cualquier novela, véase El Conde de Montecristo, que Sloterdijk analiza con minuciosidad). “La historia es la historia de la utilización de la ira” (pág 79).
  El análisis de Sloterdijk se centra en la dinámica de los partidos comunistas, a los que conoce bien, pero lo hace extensible a los fascistas, de quienes afirma que : “el fascismo es un socialismo en un país… sin pretensiones de complementos internacionalistas. … (…) un socialismo sin proletariado, o en su caso, un igualitarismo sobre base populista” (pag. 183). Muchas páginas las destina a mostrar hasta qué punto el Komintern (como banco internacional del odio) y los comunistas en cualquiera de los países considerados, son campeones del odio. Curioso que apenas aparezca Hitler en una obra dedicada al odio…
Desde la perspectiva adoptada por Sloterdijk política y religión van de la mano en muchos aspectos, (incluso sugiere el comunismo como emulador del paradigma cristiano desde la liturgia a los símbolos), porque en el fondo estamos analizando un mismo fenómeno: la manera de adaptarnos a la injusticia. El Dios iracundo del Viejo Testamento que hace caer un diluvio terrible sobre la faz de la Tierra da paso a un Dios contenido que posterga la venganza por las malas obras humanas al  “fin de los tiempos”….  Sin este acto de postergación sería imposible construir la teología moderna, porque sobre él se asienta la idea de un Juicio Final, el Infierno y el Purgatorio. Dios nos permite vivir nuestra vida en libre albedrio y será tras la muerte que rendiremos cuentas. “Largo me lo fiais”, podríamos decir, por lo que es necesario un rendir cuentas periódico, un libro de contabilidad “en vida”, para desplegar un conjunto de pecados, redenciones, santos e indulgencias que capitalicen el miedo o la culpa. Esta capitalización requería del purgatorio como lugar de redención, como prolongación necesaria de nuestra historia personal, antes de ingresar en la eternidad. Puesta en circulación la idea de Purgatorio se capitaliza ya en sentido mundano las indulgencias.
Sloterdijk se pregunta, no sin sorna, porque Dios continúa creando seres humanos que serán pecadores y le harán enfadar, (y de tal manera provocarán su ira, sus castigos, etc., de manera un tanto masoquista). ¿No resulta muy previsible este círculo de pecado- ira-  castigo divino? De ser así la ira divina o sería ingenua –(pero entraríamos en una contradicción teológica con la omniscencia)- o sería auto- provocada. La respuesta la proporciona en las páginas iniciales de su obra: la religión va un paso atrás de la política, es un complemento, un instrumento auxiliar que ayuda a gestionar ira y miedo para propósitos finalmente humanos, y no tanto espirituales. Resulta curioso constatar que en este punto adopta una posición marxista, ¡él que es un gran crítico de Marx!. Pero en fin, esta es la visión instrumental que sostiene de la religión, que sin duda tiene parte de realidad, (aunque esconde otra parte que mencionaremos mas abajo).
No creo que Sloterdijk esté muy preocupado por  las contradicciones e incompletitudes en las que incurre. Como buen pensador de frontera  explora el papel de fuerzas o variables poco valoradas, a la sazón la ira como motor histórico. Estos pensadores incurren en el riesgo de no ser sistemáticos, de no considerar otras perspectivas igualmente válidas y por lo general exageran el valor de sus hallazgos. Freud, Nietzsche, Bataille, son buenos ejemplos.  Las ventajas para ellos –como intelectuales- son obvias: se abren  espacio a codazos en el mercado de las celebridades, aportan visiones inéditas, y afloran aspectos de nuestra naturaleza que quizás no sean verdades absolutas, pero acostumbran a serlo relativas.
Entre los aciertos de su análisis apunto: a)la visión del pensamiento apocalíptico; b)la sociedad de capitalismo occidental como incapaz de generar movimientos revolucionarios thimóticos, a pesar del paro y otras calamidades que nos asolan; c)el análisis que realiza del Islamismo radical; d)la propiedad como asiento de la auto estima. En cuanto a desaciertos o mejor, insuficiencias del libro, detecto dos  “de campo” y dos insuficiencias “de método”. En cuanto a las de campo:

-En relación al cristianismo centra su análisis en el metabolismo de la ira cuando las religiones en general son construcciones ideológicas dirigidas al metabolismo del sufrimiento. El carácter analgésico de la religión en general le pasa completamente desapercibido o no le interesa. También el papel educador de la religión: los padres del cristianismo erigieron el corpus teológico cuando tenía lugar la Caída del Imperio Romano. El afán de reducir la ambición y la ira se explican perfectamente si atendemos al carácter bárbaro de las huestes del Norte, a las que seducían con milagros y asustaban con infiernos.  Sin esta temperancia… ¿hubiera sido posible una transición de la ética aristocrática a la ética de la dignidad?
-En relación a la política en general: asimilar ira a Thymós, auto-afirmación, nos camufla el poder de los sentimientos de justicia/ injusticia. La ira es un regulador imprescindible de la vida social y no puede entenderse sin una consideración detallada de la idea de justicia. Hoy nos indignan cosas que antes pasaban desapercibidas, entre ellas la corrupción de los políticos, por ejemplo. El empeño de hacer un modelo de la historia basada en  la ira es similar al empeño de hacer una patología médica basada en la fiebre. Ira y fiebre son síntomas de procesos que debe ser entendidos desde una óptica mas etiológica. Desde mi punto de vista esta perspectiva sería posible modelizando las diferentes ideas de justicia que se han dado en los últimos 200 años, y relacionándolas con los movimientos revolucionarios y reformistas. 
En relación a las insuficiencias de método: 

-Sloterdijk pone en el mismo saco ira, odio, resentimiento, miedo y culpa. Mientras que el análisis sociológico es brillante falta a mi entender una aproximación mas psicológica a la persona “histórica” y a la versatilidad de sus emociones. Por ejemplo, si bien es cierto que la Revolución Rusa  tuvo un primer momento marcado por la ira, la posterior represión estalinista obedeció a las leyes del terror, fríamente calculado. Esta basculación de la ira al terror, del terror a la culpa, y la fisiología general del miedo apenas quedan vislumbradas en la obra.
-Existe una relación entre demografía, ideología y manejo de las utopías que se intuye pero sobre el que no  se profundiza ni se clarifica. ¿De qué depende que una utopía se enraíce en un colectivo desheredado?  ¿Cuáles son las utopías “menores” en ausencia de una utopía fundacional, (v. gr.- las utopías menores que alimentan las esperanzas de los jóvenes de las sociedades occidentales)? ¿Es suficiente un clima cultural para limitar el avance de una utopía destructiva?

En suma, un libro prolongación de Nietzsche y su teoría del resentimiento, un libro que le habría encantado escribir a Alexander Solzhenitsyn, con importantes intuiciones que lo hacen de lectura imprescindible.  Sin embargo exige del lector paciencia y atención, pues casi no hay frase en el libro que no pudiera ser dicha con mayor claridad y sencillez. Nos tememos que el autor haa sido contagiado por el virus “habermas”. ¿O es vicio alemán?

Francesc Borrell, Barcelona.

DISCUSION “IRA Y TIEMPO”.- GRUPO IATROS.


José Lázaro (JL).- Francesc, interesantísimo tú análisis del libro de Sloterdijk. Yo todavía no lo he leído, (hace meses que lo tengo en la pila de lecturas pendientes, pero la pila crece más deprisa que las horas disponibles para degustarla). Me interesa especialmente la relación ira-orgullo; sospecho que el orgullo es lo primario, y la ira, como otros términos que mencionáis Sloterdijk y tú (resentimiento, odio, venganza, terror calculado…) son manifestaciones secundarias del orgullo y del deseo.
"El grito" de Münch
Francesc Borrell (FB).- En relación al tema que planteas, José, posiblemente la ira nazca de un intento por mantener la propia imagen en la comunidad. Cuando se hiere nuestro orgullo podemos responder con ira si creemos que se ha cometido una injusticia. La envidia en el fondo es también un sentimiento de injusticia. Luego, lo primario seria el orgullo pero bajo la perspectiva de cierto sentimiento de justicia. La ira seria vehículo de restitución. Exige este sentimiento primario de “deuda” de los otros hacia mi.
JL.- Eso es lo que a mí me gustaría distinguir: lo primario y lo secundario. Si fuese cierto que el orgullo y el deseo son primarios, la ira sería una respuesta secundaria a la agresión contra el orgullo o a la frustración del deseo. Eso le daría pleno sentido a la crítica que le hace Sloterdijk al psicoanálisis (acabo de leerla) por minusvalorar ese primer elemento, llámesele ira u orgullo (o narcisismo, que es como Freud le llama). El conjunto de los dos elementos primarios (ira/orgullo por un lado, eros/deseo por otro) pienso que permite fácilmente reducir a ellos también la justicia, una elaboración secundaria, mucho más instrumental de lo que se suele pensar, para intentar satisfacer al máximo (dentro del escenario competitivo que supone la presencia de otros) el orgullo y el deseo.
FB.-Parece como si los humanos viniéramos “de fábrica” con un fuerte sentimiento de justicia, de reclamar “lo que es mío o a lo que tengo derecho”.  Sloterdijk identifica Eros y Thymós como dos grandes impulsores de la conducta humana. Cabría preguntarse si con estas dos polaridades hay suficiente para explicar conductas como la empatía o la curiosidad. También cabría preguntarse si el miedo equivale a la ira para la polaridad Eros. Si fuera así el esquema metafísico de Sloterdijk sería, mas o menos:
Thymós (orgullo y otros sentimientos de afirmación)-  Dan lugar a reclamar justicia cuando se ve en peligro.  Dan lugar a conductas de ira como respuestas extremas.
Eros (deseo, y otros sentimientos de pertenencia)- Dan lugar a reclamar propiedad o pertenencia cuando se ven en peligro- Dan lugar a conductas de miedo cuando peligra la propiedad, (propiedad o pertenencia en sentido amplio).
El esquema sería bastante coherente con diferentes maneras de responder al peligro. Cuando afrontamos un reto y estamos en posición Thymós, (orgullo),  la conducta derivada puede ser la ira, y no el miedo. En cambio la misma situación reto pero con el sujeto en posición Eros, (deseo),  conduciría a miedo.
JL.-Aunque Frans de Waal y otros primatólogos han descrito conductas de simios que ellos consideran una especie de "instinto de justicia" básico, te confieso mi escepticismo sobre esa tesis: tales conductas yo más bien las veo como un resultado de impulsos primarios, simples manifestaciones de los instintos de supervivencia y reproducción (que son las versiones animales del orgullo y el deseo humanos). Donde sí veo algo probablemente primario es en esos otros fenómenos que tú apuntas cuando mencionas la empatía (no tanto la curiosidad, que está al servicio del deseo), y con ella conductas de entrega total al otro que se ven muy claras en los sacrificios que pueden hacer los progenitores por sus descendientes, o un miembro de una pareja por el otro: manifestaciones profundas de amor que no parecen ser reductibles ni al orgullo ni al deseo. (Este si sería un tercer elemento primario de la conducta humana, como bien me ha hecho ver nuestro común amigo Enrique Baca).
            Aunque también hay quien dice que el sentimiento de ser amado es la mayor gratificación narcisista que puede recibir nuestro orgullo y la más elevada de las vías para la satisfacción del deseo.
            En fin, habrá que leer detenidamente a Sloterdijk (y a unos cuantos más) para que estas  "cibercharlas" aporten conocimiento además de intuiciones.




Informe Unicef  sobre la Infancia.- 

El lector puede consultar el Informe Unicef de la Infancia 2012 en abierto:

En este informe encontramos datos de gran valor para tener una fotografía actualizada de nuestros niños y jóvenes. Este tipo de informes habría que leerlos sin ninguna opinión ni interpretación, por lo que seleccionamos estos indicadores y preferimos que sea el lector quien los interprete, contrastando su propia percepción con los autores del Informe:

Relativos a la percepción de bienestar personal:
         7,86(2010) sobre una escala de 10
Respuesta media de niños de 11 a 17 años a la pregunta: “En general, en qué lugar de la escalera sientes que está en este momento tu vida” (de 1 a 10)

         16,1%(2010) (16,2% en 2006)
Porcentaje de niños de 11 a 17 años que declaran haber estado bajo de ánimo alguna vez por semana los últimos 6 meses

Entorno familiar y escolar:

         66,7%(2010)⬆(62,8% en 2006)
Porcentaje de niños de 11 a 17 años que consideran sus compañeros de clase "amables y dispuestos a ayudar"

         11,6%(2010)⬆(6,6% en 2006)
Porcentaje de niños de 11 a 17 años que declaran haber sido golpeados, pateados,
empujados, zarandeados o encerrados en el
colegio/instituto alguna vez los dos últimos meses 


         4%(2006)
Porcentaje de niños de 8 a 17 años víctimas de algún tipo de maltrato en el ámbito familiar*






Hábitos de salud:

         88,3% (2008)
         Estudiantes de ESO (14-18) que piensan que consumir cannabis habitualmente puede causar bastantes o muchos problemas

Valores personales: amabilidad, personalidad y familia aparecen como los valores mas apreciados.













Pobreza y delincuencia: internamiento ejecutados de menores infractores. del 2008 al 2009 sube del 14 al casi 20%; los menores en todos los regimenes pasan  de   5503   menores a 5980. 






















La Redacción.-


Webs de interés.- 

Experimentos extraordinarios.

El periodista suizo Reto U. Schneider es el subdirector del suplemento del Neue Zürcher Zeitung, editado en Zürich. Es también un periodista especializado en Ciencia y tiene un título en Ingeniería Eléctrica. Ha sido presidente de la asociación suiza de Periodismo Científico. Es autor de “The Mad Science Book: 100 Amazing Experiments from the History of Science”, una colección de experimentos curiosos, cuando no pintorescos, que describe en detalle en su contexto histórico. Relara así desde los intentos del dominico del siglo XIV Theodoric von Freiberg por descubrir la causa del arco iris, hasta el elegante diseño del Dr Stubbins Firth, que tragó vómitos ajenos en su empeño por demostrar que la fiebre amarilla no puede transmitirse de persona a persona, o los clásicos ensayos de n=1 de Charles-Édouard Brown-Séquard, que pretendió infundirse juventud y vigor mediante inyecciones subcutáneas de extracto de testículo de cobaya.

Experimentos peculiares
Schneider tiene también una página web que permite acceder a vídeos de algunos memorables experimentos; entre ellos cabe destacar la pseudocharla que en su momento dio un Profesor Myron L. Fox ante un grupo de psiquiatras, médicos de familia e internistas, a los que ilustró sobre “La Teoría Matemática del Juego Aplicada a la Educación Médica” en el marco de una actividad de formación continuada. Aunque a la audiencia se les dijo que Fox era “una autoridad en la aplicación de las matemáticas a la conducta humana”, su profesión era la de actor, y como tal preparó la charla la víspera de su encuentro con los médicos que la escucharon sin otra base que un artículo sobre teoría del juego publicado en “Scientific American”, que adornó con terminología imprecisa, términos inventados por el propio artista y afirmaciones contradictorias. Su exposición, todo hay que decirlo, fue muy apreciada por los asistentes, ya que bombardearon con preguntas al supuesto profesor, quien salió del paso sin que nadie se percatara de la inconsistencia de sus respuestas. Más aún: la encuesta de valoración recogió opiniones entusiastas sobre la charla.

Como corolario, los organizadores de la experiencia contaron finalmente que todo era una farsa. Al día siguiente, una charla “auténtica” fue interpretada como una parodia por uno de los asistentes.

Juan Medrano, Bilbao.


Vídeo recomendado.-

Desvelar errores clínicos. Una perspectiva desde la bioética.-

Informar a un paciente o a la familia que se ha cometido un error en el curso de la asistencia a un paciente puede ser una de las tareas mas penosas a las que se enfrenta un clínico. Hebert es un  bioeticista canadiense que aborda los errores clínicos en general, y de manera mas concreta (a partir del minuto 9 de este vídeo), la necesidad moral de notificar aquellos errores a los interesados, (paciente y familia).