BLOG LÍDER EN HUMANIDADES MEDICAS Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA.- FUNDACION LETAMENDI- FORNS Comité Editorial: Francesc Borrell. Juan Carlos Hernández Clemente. Director del blog: F. Borrell Carrió; Secretario de Redacción: Juan Medrano Albeniz.

BOLETÍN IATROS ISSN 2014-1556

Este Boletín tiene por objetivo difundir y compartir comentarios de libros y artículos en Humanidades Médicas y Filosofía de la Medicina y difundir las actividades de la Fundación Letamendi Forns y Fundación Iatrós.

Un poco mas sobre Filosofia de la Mente.


Boletin Octubre.- Círculo de Ciberlectura en Humanidades Médicas.-

En este boletín de Otoño os comentaré algo mas sobre la exégesis de Habermas, para volver a la filosofia de la mente de la mano de dos libros, el de Carlos J.Moya, y Dennet.
Comentando con Margarita Boladeras (en la foto) su magnífico libro sobre Habermas, que fue objeto de nuestro anterior bolentin, me dijo: “yo a mis alumnos primero les recomiendo que lean el de Velasco, y luego el mio”. Juan Carlos Velasco pertenece al Instituto de Filosofia del CSIC. Su libro, “Para leer a Habermas”, alianza editorial, Madrid 2003, es una excelente introducción a este autor, con una presencia de materiales políticos más importante que en el de Boladeras (que da mas importancia a los aspectos filosóficos). Los puntos fuertes de Velasco son el glosario, la guia de lectura, y una prosa muy clara. Tiene un capítulo entero dedicado a “patriotismo constitucional”, lo que debiera llamar nuestra atención, no en vano, como repite incesantemente Diego Gracia, el Estado es un proyecto moral. El término fue usado por primera vez por Habermas en la llamada “polémica de los historiadores”, (años 70), y lo usó para poner de relieve que la historia de Europa ya nunca mas debería escribirse en términos étnicos, y el reto que supone para las democracias crear cohesión social en torno a las ideas de libertad y autonomía. Para él el patritismo debería ser una forma “postconvencional” de ligazón, con unos principios de derechos humanos basados en la dignidad y el progreso. Los puntos fuertes del de Boladeras (Edit Tecnos) son los dos últimos capítulos de crítica a Habermas fuera y dentro de nuestro país, y una construcción del libro en su conjunto a partir de los propios textos de Habermas, (lo que es ventajoso pero complica la lectura).

Paso a comentaros el libro MAGNIFICO de Carlos J.Moya: Filosofia de la mente, Universitat de Valencia, 2004. Este profesor de filosofia de la Universidad de Valencia divide su libro en tres partes: la naturaleza de la mente, la intencionalidad de la mente y mente y accion. En la primera parte realiza una de las mejores descripciones de los principios de “psicologia popular” que impregna la manera habitual de percibir el mundo. Varias distinciones atraviesan todo su libro: a) la distinción entre entre estados disposicionales (creer, imaginar), y estados fenomenológicos de la mente, (sentir, por ej.), b) La llamada “autoridad de primera persona”, que conlleva lo que llama “asimetria de atribuciones”; c)La distinción entre intensión (con s) y extensión. A partir de estos conceptos trazados con soltura en las primeras 20 páginas del libro, es capaz de discutir con gran profundidad el “escenario cartesiano” de un homúnculo mirando el teatro de su mente. Obviamente llega a la conclusión de que este símil no puede reflejar lo que de veras ocurre en nuestro cerebro, y explora el conductismo lógico, el materialismo de la identidad, el funcionalismo, el monismo anómalo, y el materialismo eliminativo. En la segunda parte del libro se pregunta si las intenciones, que bañan toda nuestra vida consciente, tienen un origen externo o interno, para preguntarse a continuación si la intención es reducible a fenómenos físicos, (“naturalización de la intención”). En el trasfondo está la polémica de si un robot puede llegar a tener estados intencionales. En la tercera parte se pregunta si toda acción parte de un estado intencional, y hasta donde podemos hablar de una “causalidad mental” para nuestras acciones. Leyendo estas páginas finales tuve el siguiente pensamiento: hemos trasladado a nivel molecular la paradoja cartesiana. ¿En qué punto “físico” una creencia empuja a nuestras motoneuronas a dispararse y realizar un gesto? Hay que entender las disposiciones cerebrales, las creencias, por ejemplo, como una manera organizada de las neuronas, que ante ciertos estímulos externos serán capaces de dispararse en acciones. Pero las dudas persisten en este punto en que Descartes tampoco sabía muy bien interpretar, lo que para él era la interficie entre cuerpo y alma, y en nuestro léxico la interficie “mente-cuerpo”.
Daniel C. Dennet. Dulces sueños. Ed- katz, Buenos aires 2006.- Dennet es uno de los filósofos de la mente que se caracteriza por defender la “heterofenomenologia” en el estudio de la mente. Quiere decir con esta palabreja, estudiar los fenómenos mentales como “informes en tercera persona”, eliminando lo que mas arriba hemos llamado “autoridad de primera persona”, autoridad con la que por ejemplo decimos: “he tirado la manzana porque estaba podrida”. Tal vez lo hiciste por eso, o tal vez por otra causa que te resulta ahora mismo opaca, nos diría el heterofenomenólogo. Este libro es una larga discusión de las bases filosóficas de esta perspectiva, escrito a veces de manera deslabazada y repetitiva, pero con algunas páginas de notable valor. No resulta recomendable la compra de este libro salvo para estudiosos de la filosofia de la mente, pero recomiendo vivamente los dos últimos capítulos, y algunas otras paginas sueltas, como la discusión del esencialismo Leibniziano. En los últimos capítulos Dennet defiende una concepción de la conciencia humana en la que desaparece el “capitán del barco” que navega por encima de un proceloso mar de contenidos inconscientes, seleccionando aquí y allá los materiales de su discurso consciente. No hay para Dennet tal capitán de barco, sino que diferentes módulos cerebrales actúan en paralelo y ofrecen sus materiales en dura competencia entre ellos. La atención se posa sobre estos contenidos sin que el resto de contenidos desaparezcan, sino que “resuenan” en eco, e incluso pueden tener la oportunidad en alguna reverberancia de apoderarse de la atención y ocupar la memoria de trabajo.


F.Borrell.-